Sepúlveda un lugar precioso en la provincia de Segovia.

Este puente hemos tenido la suerte de contar con unos días de “descanso” y hemos aprovechado para conocer Sepúlveda y sus alrededores.

Concretamente nos hospedamos en Sebúlcor, un pequeño pueblito situado justo a la entrada del Parque Natural de las Hoces del Duratón.

Nos quedamos en el Hotel Hoces del Río Duratón, un lugar muy recomendable por su trato, sus habitaciones y sobre todo por poder hospedarte junto a tu mascota, en este caso junto a Lola. Para todos los que tenemos mascotas es complicado encontrar lugares dónde poder hospedarnos junto a nuestros “mejores amigos”.

Este es un lugar perfecto para compartirlo con ellos.

Toda la provincia de Segovia y en especial la zona de las Hoces del Río Duratón es un lugar estupendo lo mires por donde lo mires. Es asombroso como España es tan rica geográficamente en tan poco espacio, realmente me siento muy afortunada. Contamos con rincones y parajes de una belleza natural incalculable, siempre al alcance de nuestra mano. Simplemente tienes que elegir en que dirección encaminas tu viaje, pero lo que es seguro, es que sea a donde sea, será un acierto y no dejará de sorprenderte.

“Viajar sirve para ajustar la imaginación a la realidad, y para ver las cosas como son en vez de pensar cómo serán”.

– Samuel Johnson

Sepúlveda

Un buen ejemplo de como en poco espacio encuentras muchas cosas bonitas y que merecen la pena.

El origen de Sepúlveda se pierde en la noche de los tiempos. Se han encontrado bifaces en la ermita de San Julián, del Paleolítico Inferior, y otros hallazgos en la cueva del Tisuco, en la Ocecilla, como cerámica tosca, cuchillos, hachas pulimentadas y cráneos en el Paleolítico Superior. También en la cueva de los Siete Altares aparecieron cerámicas, hachas, acaso también neolíticas. Y en la cueva del Duratón, huesos, industria del sílex, cerámica… Aparecieron además pinturas, muy rudimentarias y pobres, pero significativas, en las cuevas de Molinilla, La Nogaleda y la Solapa del Águila, sin que se pueda afirmar su carácter mágico, ritual, litúrgico o funerario.

Lo más probable es que sus primeros pobladores fueran los vacceos y arévacos en la Edad del Hierro. Aquellos primeros pobladores vivían de la caza, tan abundante entonces en los montes, y de la pesca que les proporcionaban los ríos Caslilla y Duratón. Sepúlveda, al igual que Ávila, Segovia o Pedraza de la Sierra, es la clásica citania celta.

Más tarde, Roma también se asentó en Sepúlveda. No se sabe a ciencia cierta dónde vivieron los romanos, algunos afirman que pudo ser en el actual Duratón, después de que los arévacos vivieran en las profundidades de los peñascos que aún existen, llamados Cuevas Lóbregas, Tisuco, Mingomorro y Giriega. Elementos romanos hay en la muralla de la villa, como también lo son los puentes Talcano y Picazos y los restos de la calzada.

Los visigodos llegaron tras los romanos y se asentaron en Castrogoda, una península inmediata a la desembocadura del Caslilla en el Duratón, así como en el cañón del río, en la Cueva de los Siete Altares. De esta época es la Necrópolis excavada en Duratón (Núcleo agregado de Sepúlveda), con 666 sepulturas con ajuares casi totalmente germánicos.

Transcurrieron los años y esta tierra pasó a formar parte de lo que llaman el desierto del Duero.

Todas estas huellas lo llenan de magnetismo, energía y poder. El paso de nuestros antiguos, el paisaje abrumador, la fauna salvaje tan espectacular, un ejemplo de ello son los Buitres leonados (el buitre leonado es una especie de ave accipitriforme de la familia Accipitridae y uno de los pocos buitres que se pueden encontrar en Europa junto con el buitre negro, el alimoche y el quebrantahuesos.), es una pasada verlos sobrevolar las Hoces y escuchar sus gemidos, todo esto hace de este lugar un sitio muy espectacular.

Os cuento nuestra escapada a Sepúlveda y algunos de los lugares que hemos podido disfrutar.

Nada más entrar en el pueblo puedes disfrutar de su Plaza Mayor, esta está presidida por El Castillo, el cual marca el limite de las murallas de la villa.

Es una edificación producto de tres épocas muy distintas: Por un lado lo componen tres torreones pertenecientes a la muralla árabe del siglo X, por otro, ya en el siglo XVI, en los paños de la muralla se abren dos balconadas pertenecientes a la casa de los González de Sepúlveda, y por último, en el XVIII, al castillo se le adosó una fachada barroca acompañada de una espadaña situada en el torreón central y formada por dos campanas.

En esta plaza no solo puedes disfrutar de las bonitas vista al castillo, también está rodeada de diferentes pastelerías para endulzar el día y reponer fuerzas.

Continuamos con el paseo por sus inclinadas calles disfrutando de sus edificaciones en piedra las cuales te regalan una estampa bella, mística y acogedora.

Pasamos por el Arco del Ecce Homo o Puerta del Azogue, es una de las puertas, en este caso románica, por las que se accedía y se accede a intramuros.

Tras atravesar el arco continuamos cámara en mano disfrutando de cada pequeño detalle. Nuestra siguiente parada sería en la Iglesia de Ntra. Sra. La Virgen De la Peña. Es una construcción románica del s. XII. Francamente bonita. Tras ella se encuentra una gran y grata sorpresa. Este templo tiene una singularidad más, y es que está situado sobre una de las Hoces Del Río Duratón, en un paisaje de singular belleza. Justo tras él se encuentra un mirador con unas vista magnificas desde las que también puedes divisar el vuelo ágil de los Buitres Leonados. Decidimos precisamente visitar esta zona en primer lugar, para que no se fuese la luz y pudiésemos disfrutar del paisaje.

Seguimos nuestra andadura sepúlvedana y nuestra siguiente parada fue en la Iglesia de El Salvador, declarada Bien de Interés Cultural, es considerada el edificio románico más antiguo (s. XI – año 1093), de la provincia de Segovia y al sur del Duero y constituye uno de los paradigmas del rómanico castellano. Nada más y nada menos. Desde fuera asombra la belleza de la construcción, sin grandes florituras y cuando entras te vuelve a sorprender: una capilla de lo más sencilla y austera y no por ello menos bella.

Este monumento está rodeado por un pórtico con unas vistas preciosas, tenemos que tener en cuenta que se encuentra en el punto más elevado del municipio. La tarde que nosotros estuvimos el cielo se tiñó de unos fucsias y naranjas espectaculares. Los colores de un atardecer inmejorable. 

Por último visitamos la Antigua Cárcel, actualmente también se ubica allí la Oficina de Turismo. Cuesta 3€ por persona la entrada y está curiosa. Si os queda energía tras visitar Sepúlveda es una buena opción como colofón. Cierra a las 19:00h.

“Nuestras maletas maltrechas estaban apiladas en la acera nuevamente; teníamos mucho por recorrer. Pero no importaba, el camino es la vida”.

– Jack Kerouac

Espero os guste mi visión de Sepúlveda pero mucho mejor si os animáis a conocerla vosotros mismo, y si ya la conocéis ya sabéis que merece la pena repetir.

Como vamos a pasar aquí unos días, os seguiré recomendando y relatando.

Muchos besos desde nuestros escondites secretos…

Os espero el próximo domingo por algún lugar bello.

Cristina Alarcón 

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