Un lugar espectacular en la provincia de Segovia

En el camino de ida hasta las Hoces es difícil imaginar el paisaje que hay escondido.

En este post hablamos de las impresionantes “sendas” que puedes hacer caminando para conocer desde dentro las Hoces. Estas sendas no solo te ofrecen una visión buenísima de los cañones desde dentro, además te ofrecen un camino de “sorpresas”.

Las Hoces del Río Duratón son Parque Natural desde el 1989 y comprenden el curso del río desde Sepúlveda hasta el embalse de Burgomillodo.

El primer día cogimos el coche para llegar hasta el Puente de Villaseca, allí se puede aparcar tranquilamente ya que hay una zona para los vehículos. Desde este punto empezamos nuestro camino para disfrutar del paisaje y de la naturaleza que nos ofrece el lugar.

La carretera que tomamos desde donde nos hospedamos en Sebúlcor hasta el Puente de Villaseca es preciosa. Una carretera de montaña con curvas que anuncia la belleza del lugar. Mientras íbamos en el coche camino a hacer nuestras sendas a la altura del pueblo San Miguel de Neguera, por cierto un lugar con mucho misterio ya que está totalmente despoblado, nos cruzamos con una hermosa cierva cruzando de un lado de la carretera al otro.

Es un lugar lleno de vida donde habitan especies como nutrias, corzos, jabalíes, zorros, lobos entre otros muchos más. También cuenta con una extensa variedad de tipos de aves, la más representativa es el Buitre Leonado.

Una vez aparcamos el coche en la zona prevista para ello, encontramos un panel donde nos informa de 2 tipos de sendas que podemos hacer desde allí. Frente al panel informativo tomamos en primer lugar la senda de la izquierda.

Senda de Molinilla: 1,8km.

Es una senda para todos los públicos sin ninguna dificultad más que caminar atravesando un paisaje precioso a la vera del río. Nosotros al hacerlo en esta época del año hemos disfrutado de una estampa del lugar preciosa, casi todos los arboles han mudado sus hojas y los tonos naranjas, amarillos, rojizos, marrones oscuros y verdes toman el protagonismo.

Cuando hablo de las sorpresas que te depara esta senda, me refiero a que cuando empiezas a caminar, empiezas a descubrir a mano derecha una serie de cuevas fascinantes.

Cuevas…

En las que puedes acceder y en las cuales aluciné. Ya antes habíamos estado visitando cuevas en otros lugares, es algo que nos llama muchísimo la atención ya que nos da que pensar… ¿Quiénes estuvieron allí antes? ¿Qué les ofrecía la cueva? ¿Qué tipo de vida, costumbres y ritos practicaban en ellas? Un sinfín de preguntas, algunas con respuesta y otras muchas sin ella.

Cada vez que entro en una cueva hay algo especial que me atrae pero por otro lado me expulsa de ella. Son tales las energías que se pueden percibir dentro, que como ser humano me cuesta descifrarlas. El desconocimiento en muchos casos se convierte en “miedo”. Miedo a lo desconocido, miedo a lo misterioso, miedo a si estoy entrando en un territorio en el que no sé si soy bien recibida.

Como veis soy una persona que cree en las energías y en lo que como seres humanos no somos capaces de entender ni tramitar, ese “algo” que desde hace siglos nos ha movido a comportarnos de una manera u otra.

Cuando entro en una cueva intento recrear con imágenes que podía ocurrir allí hace miles de años como si de una película se tratara. Es complicado, por mucho que leamos y nos cuenten, entender la vida que seguían nuestros antepasados habiendo sido nosotros criados entre ordenadores. Podría parecer extraño pero me encantaría tener una máquina del tiempo y poder vivir de aquella manera, esa manera tan especial en conexión total con la naturaleza, con su entorno, aprovechando lo que ella es capaz de ofrecerte y en total equilibrio.

Volviendo a la “Senda de la Molinilla”, caminando entre sauces, chopos y álamos blancos encontramos a la derecha una ladera llena de plantas aromáticas como el espliego, tomillo salsero o mejorana entro otros. En esta ladera encontramos las “cuevas”. Es curioso que estén rodeadas de plantas aromáticas, apoya mi pensamiento acerca de lo místico y energético de estos lugares.

Cueva del Cura

Es la primera que nos encontramos, podemos acceder a ella fácilmente. Es una cueva enorme, con unos techos altísimos, de gran profundidad y capacidad. Es realmente impresionante, nos hacemos pequeñitos dentro de ella.

Es muy recomendable si vais a visitarlas que os llevéis una buena linterna, lo agradeceréis para ver realmente la inmensidad de la cueva ya que únicamente tiene la luz de su entrada. Nosotros no llevábamos y la echamos en falta, únicamente contábamos con la pobre luz que nos ofrecía la linterna del móvil.

Es curioso que cuando entramos nos costaba respirar y un poco más tarde descubrimos el porqué. José Luís intento hacer un video con flash y ahí estaba el quid de la cuestión. Como si de una imagen submarina se tratara de un mar lleno de Plancton, en la cámara capturábamos una imagen de millones de partículas y microorganismos que estaban en suspensión en la cavidad de la cueva. Es cierto que el suelo de la cueva está compuesto de una especie de arena muy fina, casi polvo. Esto era lo que nos dificultaba la respiración.

Cueva de la Parra

Es la siguiente que nos encontramos. Una cueva también preciosa pero más pequeñita. Su nombre nos lleva a pensar que en algún momento allí se ubicaba una parra que les serviría para dar sombra a la entrada de la cueva, como protección y quizás como fuente de alimento. Aunque todo esto son especulaciones mías.

Cueva del Santero

A simple vista se abre una cavidad no muy grande en la roca, al adentrarnos en ella pensamos que sería una cueva pequeña, pero ¿cuál fue nuestra sorpresa cuando la cueva hace un giro a la izquierda?.

Una profundísima cueva a la que tienes que entrar agachado. Es alucinante el pasadizo/túnel que hay, no llegamos a encontrarle final de lo profunda que es. No fuimos capaces de continuar adentrándonos en el cueva, por un lado por la visión tan limitada con la que contábamos y por otro lado por el “miedo” o llámalo incertidumbre que nos creaba adentrarnos en un mundo totalmente desconocido para nosotros. Pero ahora bien, he de decir que muero de ganas por volver con una buena linterna y una mascarilla y descubrir su fin si es que lo tiene. Tengo la necesidad de ver más allá de lo que ya vi.

Creo que su nombre es perfecto, también nos lleva a pensar que tipos de ritos realizaba el “Santero” en este lugar tan especial, si es que realmente algún día fue habitada por una persona con conocimientos en santería …

Senda del Pte Villaseca al Pte Talcano: 10km

Esta senda tampoco comprende dificultad alguna más que la de sus 10km. Es cierto que una vez inicias el sendero puedes darte la vuelta en cualquier momento si lo crees oportuno.

Nosotros la hicimos en continuidad a la “Senda de Molinilla” y no la hicimos completa.

Una vez llegamos la punto de partida donde habíamos aparcado nuestro coche, aprovechamos para beber agua e iniciar esta nueva senda.

A muy poca distancia del inicio a la izquierda, ascenciendo por unas empinadas escaleras encontramos una de las más famosas cuevas.

Cueva de Los Siete Altares

A esta cueva no podemos acceder, una verja nos separa del interior de la misma, pero desde fuera podemos ver los famosos “Altares”. Esta cueva está cerrada al publico para favorecer la conservación de los restos encontrados.

Considerada como el primer Templo Cristiano que se erigió en la provincia de Segovia.

Hoy en día se sabe que las paredes originales de la cueva han sido modificadas por eremitas visigodos por el siglo VII. Desde la reja se pueden ver algunos de los altares y si nos fijamos justo en la entrada, en el exterior de la cueva encontramos otro de los altares en peor estado, pero allí está sin lugar a dudas.

Se conservan 4 de dichos altares que se piensa que utilizaban para la oración. Aún no se sabe si realmente en algún momento la cueva contaba con los 7 que le dan nombre.

Todas estas cuevas son formaciones naturales que se han formado en la roca.

A lo largo de estos dos senderos…

Podemos ver con relativa facilidad la cantidad de Buitres Leonados que sobrevuelan nuestras cabezas con una facilidad y grandiosidad aplastante. Si nos fijamos en lo alto de los cañones los podemos ver como extienden sus grandes alas para disfrutar del calor del sol.

También podemos ver gran cantidad de buitreras. Un truco para verlas con facilidad, es fijarnos en las manchas blancas de la roca. Esas son sus heces y es una manera de distinguir cuales son sus “hogares”. Allí mismo anidan sus huevos, únicamente uno en cada puesta.

Se mimetizan de una manera asombrosa con sus entorno, así que requiere paciencia, tiempo y silencio para poder verlos.

Otra de las rutas que hicimos fue:

Senda de San Frutos: 900m

Para hacer esta senda cogimos el coche. Se llega a la zona de aparcamiento que está a unos 9km al oeste de Sepúlveda.

Una vez aparcamos descendemos por un camino de asfalto y otro tramo empedrado. Descendemos hasta llegar a la Ermita. Esta visita es totalmente recomendable ya que la Ermita de San Frutos está en pleno Parque Natural de las Hoces del Río Duratón y su valor es incalculable. La Ermita es una de las construcciones románicas más antiguas del sur de Castilla.

Mientras descendemos las vistas de las Hoces son inmejorables. El día que nosotros las visitamos había bastante niebla, la justa para hacer del lugar un sitio aún más misterioso de lo que ya es, pero también para dejarnos disfrutar del maravilloso paisaje y las increíbles vista desde el mirador natural.

La Ermita de San Frutos:

La Ermita es un lugar increíble lleno de espiritualidad, es totalmente comprensible que sirviera de zona de retiro para conectar con algo más profundo.

La iglesia románica fue un priorato fundado en el 1100 por el Monasterio de Santo Domingo de Silos, cuyo escudo todavía se ve en uno de los arcos de ingreso. La iglesia se mantiene cerrada, nosotros no pudimos verla por dentro más que a través de una ventanita que tiene la puerta, aunque en este lugar se sigue celebrando una romería el 25 de octubre. “La romería de San Frutos”, en referencia al patrón de Segovia, San Frutos que junto con sus hermanos mártires Valentín y Engracia se retiraron en el siglo VII a este lugar.

Es un lugar al cual llegas pero es difícil encontrar el momento de partir.

Eso sí, tened en cuenta que la subida de regreso a la zona de aparcamiento es un poquito dura ya que es en ascenso, pero merece totalmente la pena.

No satisfechos con estas visitas las Hoces siguen siendo un lugar muy atractivo para nosotros, por eso el día siguiente nos volvimos a adentrar en la inmensidad y grandiosidad de las Hoces de una manera diferente.

Canoa a través del Río Duratón

Esta vez hemos decidido alquilar una canoa y ver las hoces dentro del río Duratón.

Hemos vivido una experiencia única. Por un lado hemos tenido la fortuna de disfrutar de este idílico paseo en absoluta soledad y en conexión total con el paraje y por otro lado ha sido el momento en el que más hemos disfrutado de la fauna del lugar.

En este paseo hemos podido ver cientos de buitres sobrevolando nuestras cabezas, hemos visto como discutían y se disputaba sus buitreras en la roca, hemos disfrutado del sonido que hacen sus alas al cortar el aire como si de un coche de carreras se tratara…

Los sonidos del parque te dan una seña de la inmensa vida que habita en cada recodo.

Nosotros hemos alquilado la canoa con una empresa llamada “naturaltur”, nuestra experiencia ha sido muy buena por si os sirve de algo. También podéis encontrar una gran oferta de actividades con otras empresas de la zona.

Ha sido una experiencia inolvidable.

Por último quisiera contaros uno de los momentos estelares que vivimos en esta escapada.

Una de las noches estábamos trabajando en uno de los salones que tiene el sitio donde nos hospedábamos, “Hoces del Duratón”, del cual ya os hablé en el anterior post “Turismo por Sepúlveda”.

Allí nos sentimos muy bien tratados y nos hicieron un “pequeño”/ enorme regalo. El propietario de este estupendo lugar nos trajo para que viéramos y estuviéramos con ella a “Menta”. Menta es una Loba ibérica criada a biberón desde pequeña, hija de madre Loba Ibérica y padre Lobo Italiano. Un animal de una belleza inconmensurable al cual tuvimos la oportunidad de ver de cerca y no solo eso, también recibió nuestros mimos y caricias y algún abrazo que otro.

Es una pena pero no tengo ninguna foto con ella, nos dejamos embargar por la grandiosidad del momento y se nos olvidó retratar el momentazo.

Espero que os haya gustado el nuevo post.

“El escondite de Cristina Alarcón” toma unas pequeñas vacaciones para compartir junto a los que más quiero estas fechas que se aproximan, ¡volveremos el 14 de Enero con buenas nuevas! .

Os espero aquí a la misma hora en el mismo lugar con mucho amor y os deseo solo cosas bonitas para el 2018.

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Millones de estrellas se esconden en un cielo nublado, eso no significa que no estén ahí, únicamente que no las vemos.

Cristina Alarcón