No hay nada mejor para recargar pilas que conectar con nuestro entorno y con la naturaleza.

Un lugar increíble y grandioso compuesto por valles, montañas, acantilados, puentes colgantes y ríos que se abren paso a los pies de “Sierra Nevada”.

Siempre que puedo me escapo y hago alguna excursión o paso unos días apartada del mundanal ruido y conectando con las pequeñas cosas que me hacen feliz.

Esta vez José Luis y yo, aprovechando que estábamos unos días en Granada con la familia, hemos decidido sacarle partido y nos hemos puesto las “botas de montaña”.

Al igual que yo, mi pareja es un apasionado de la naturaleza y un aventurero. Por este motivo decidí planear esta pequeña escapada para oxigenarnos y mostrarle este fantástico lugar que él no tenía aún el placer de conocer.

Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera

-Pablo Neruda

El cañón del río Monachil conforma una de las rutas de senderismo más atractivas, sencillas y populares de la provincia de Granada. Este desfiladero, conocido como Los Cahorros, es también una zona muy frecuentada por los aficionados a la escalada e ideal para pasar un día en el campo por su proximidad a la capital.

Cuando te preparas para hacer cualquier tipo de excursión es fundamental ropa cómoda, prenda de abrigo según la estación del año, un buen calzado, gorra, protección y una mochila con agua y algún tentempié.

Si a todo esto le unes la mejor compañía, será un plan inigualable y además muy económico.

Nosotros salimos de casa sobre las 10:00h, cogimos el coche y nos dirigimos al municipio de Monachil. Una vez allí atravesamos el pueblo dirección “El Purche”, continuamos por la carretera de ascenso unos 500m y aparcamos en un mirador que encontramos en el margen derecho. Una vez dejamos el coche nos dispusimos a emprender nuestro camino. El camino de tierra que da acceso a “la ruta” está justo antes del mirador en el mismo margen de la calzada. Volvimos sobre nuestros pasos hasta encontrar “el camino” que nos llevaría hasta “Los Cahorros Altos”.

No os preocupéis por el acceso, es fácil de encontrar, hay diversos carteles informativos sobre la ruta y en el pueblo también podéis preguntar para que os orienten.

Una vez comenzamos nuestra andadura por el camino de tierra descubrimos un bar estupendo donde también puedes dejar el coche (es perfecto porque está justo donde da comienzo “La ruta” y de regreso se agradece tomar algo fresco, picar algo y recoger tu coche). Eso sí, hay que tener en cuenta que el camino de acceso es estrecho, de piedras y si viene un coche en dirección contraria tenéis que maniobrar bastante para poder continuar. Si os decidís por esta opción hay que tenerlo en cuenta.

Una vez empiezas a descubrir cada rincón de este paraje sin igual, te permites el lujo de darle al “pause” a todas aquella preocupaciones que te hacen la vida mas difícil.

Aconsejo llevar unos bocadillos y bebidas para que cada uno elija el lugar idóneo para sentarse a respirar, escuchar y sentir. Me parece un lujazo comer en sitios tan especiales. He de reconocer que soy muy fan de hacer “picnic”.

(Tenemos que estar todos muy concienciados de no tirar nada, no dejar basura, ni tirar colillas… Creo que lo fundamental es “No dejar huella de nuestro paso por allí”. Con esto contribuiremos muchísimo con nuestro entorno.

Ya que hablo de esto, me gustaría que la gente tuviera especial cuidado cuando visita la playa, la montaña, un rio… a nadie nos gusta encontrarnos basura. Igual que somos capaces de transportarla y cargarla con nosotros cuando nos parece útil, hagamos lo mismo cuando ya hemos hecho uso de ello hasta encontrar el lugar adecuado para desecharlo. Todos los agradeceremos.

Por favor cuidemos del “Medio ambiente” y de los “Seres vivos”.)

Lo único que pueden hacer los animales es utilizar la naturaleza exterior y modificarla por el mero hecho de su presencia en ella. El hombre, en cambio, modifica la naturaleza y la obliga así a servirle, la domina

-Friedrich Engels

Una vez dio comienzo el paseo nos dejamos llevar por el momento y el paisaje.

Fuimos redescubriendo el “Rio Monachil” que se abre paso a través de un cañón. Baja con fuerza deslizándose desde su nacimiento en el pico “Veleta”, el segundo pico mas alto de Sierra Nevada. Seguimos su cauce atravesando rocas, escaleras de madera, cascadas, puentes colgantes… Hay un puente colgante espectacular de 63 metros de largo.

Durante el camino hay zonas con un poco más de dificultad, dado que por ciertos tramos tienes que pasar sentada por un filo de piedra, agarrándote a unas “agarraderas” de metal ancladas a la pared de la roca o alguna cosa por el estilo… Pero considero que no tiene mayor dificultad y que es apto para todo tipo de públicos.

El camino termina una vez llegas a la Estación Eléctrica de la Vega.

Aquí das la vuelta y disfrutas de las nuevas vistas que has ido dejando atrás a tu paso y que nuevamente te ofrece el entorno.

Depende de la hora puedes tener la suerte de cruzarte en el camino con unas bellas vacas que merodean por ahí habitualmente, el rio y sus alrededores son su hogar.

Tienes la posibilidad de hacer el regreso por “Los Cahorros Bajos” o viceversa, pero ten en cuenta que ambos caminos desembocan en lugares diferentes. Sobre todo tenlo en cuenta si has ido en tu vehículo y lo has aparcado cerca de alguno de los accesos.

Mantén tu amor hacia la naturaleza, porque es la verdadera forma de entender el arte más y más

-Vincent Van Gogh

Os animo a que conozcáis un poquito más una parte de mi tierra.

Espero que hayáis disfrutado de “nuestra” excursión. Me encanta compartir todos estos momentos con vosotros. Me hacen sentir que siempre viajo con un grupo de buenos amigos.

Os espero en nuestro “escondite” el próximo domingo con una buena noticia que contaros…

Os beso desde “El escondite de Cristina Alarcón”