Alerta por hernia de hiato: los síntomas silenciosos que podrían ser muy peligrosos

La hernia de hiato es una condición que muchas personas padecen sin siquiera saberlo. Se estima que más del 20% de la población mayor de 50 años podría tener una hernia hiatal, pero en la mayoría de los casos los síntomas son tan sutiles o inespecíficos que no se les presta atención. Sin embargo, ignorarlos puede tener consecuencias importantes para la salud. Este artículo te ayudará a entender qué es realmente una hernia de hiato, por qué puede ser peligrosa y cuáles son los síntomas más importantes a los que debes estar atento, especialmente si tienes más de 50 años o antecedentes de problemas digestivos.

¿Qué es la hernia de hiato?

La hernia de hiato ocurre cuando una parte del estómago se desplaza hacia el tórax a través del hiato esofágico, una abertura en el diafragma por donde normalmente pasa el esófago. Esta condición puede alterar el funcionamiento normal del sistema digestivo y favorecer el reflujo gastroesofágico, una de sus complicaciones más frecuentes. Aunque existen varios tipos de hernia de hiato, la más común es la llamada “hernia deslizante”, en la cual el estómago y el esfínter esofágico se deslizan hacia el pecho.

Este desplazamiento puede provocar una serie de molestias que van desde leves hasta severas. En los casos más extremos, puede incluso afectar la calidad de vida del paciente y requerir intervención quirúrgica. Pero el verdadero problema es que muchos de sus síntomas pueden confundirse con otros trastornos más comunes, como la acidez ocasional o la indigestión, lo que retrasa el diagnóstico.


Los síntomas más peligrosos (y silenciosos)

Uno de los mayores desafíos de la hernia de hiato es que puede pasar desapercibida durante mucho tiempo. Sin embargo, existen señales claras a las que conviene prestar atención, ya que pueden indicar que la condición está progresando o que está generando complicaciones serias.

Dolor en el pecho que imita un infarto

Un síntoma particularmente alarmante es el dolor torácico que muchas veces se confunde con un ataque al corazón. Este dolor puede irradiar hacia la espalda, el cuello o los brazos y suele aparecer después de las comidas. Aunque no siempre indica una emergencia cardiaca, requiere atención médica inmediata para descartar problemas más graves.

Reflujo gastroesofágico persistente

El reflujo constante, con sensación de ardor en el pecho (pirosis), es uno de los signos más característicos. Si se presenta con frecuencia, especialmente por la noche o al acostarse, puede estar indicando una hernia de hiato. Este ácido que sube desde el estómago no solo es incómodo, sino que con el tiempo puede dañar el esófago.

Dificultad para tragar (disfagia)

Algunas personas notan que tienen problemas para tragar alimentos sólidos o líquidos. Esto puede deberse a que la hernia altera la presión dentro del esófago o comprime parte del mismo, dificultando el paso normal de los alimentos.

Tos crónica y afonía

El ácido que sube hacia la garganta puede provocar irritación crónica, generando tos persistente, carraspeo frecuente y cambios en la voz. Estos síntomas suelen empeorar por la noche y a menudo se atribuyen a alergias o infecciones, cuando en realidad su origen es digestivo.


¿Por qué es tan común después de los 50?

El envejecimiento del cuerpo humano afecta también a la musculatura del diafragma, haciéndola más débil con el paso de los años. Esto facilita que partes del estómago se deslicen hacia el tórax. Además, factores como el sobrepeso, el estreñimiento crónico y el tabaquismo aumentan significativamente el riesgo de desarrollar una hernia de hiato. Las mujeres embarazadas también pueden desarrollar esta condición de forma temporal por la presión que ejerce el útero sobre el abdomen.


¿Existe tratamiento?

No existe una cura definitiva para la hernia de hiato, pero sí hay formas de controlarla. En muchos casos, los cambios en el estilo de vida y la alimentación son suficientes para mejorar los síntomas. Reducir el consumo de alimentos grasos o picantes, evitar cenas copiosas, no acostarse justo después de comer y elevar la cabecera de la cama son medidas efectivas.

En casos más graves, el médico puede prescribir medicamentos para reducir la acidez estomacal o mejorar el tránsito digestivo. Solo en situaciones severas, donde hay riesgo de estrangulamiento o complicaciones respiratorias, se recomienda una intervención quirúrgica para corregir la hernia.


Conclusión

La hernia de hiato es una condición mucho más común de lo que se piensa y, aunque en muchos casos no genera síntomas graves, puede tener consecuencias importantes si no se detecta a tiempo. Prestar atención a señales como dolor torácico, reflujo persistente, dificultad para tragar o tos crónica es fundamental para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados. ¿Has experimentado alguno de estos síntomas? No los ignores: consultar con un especialista puede marcar una gran diferencia en tu salud a largo plazo.

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