¡Pues sí!, dije “sí”

Los “Reyes Magos” de este año vinieron preguntones.

Estaréis pensando a qué “pregunta” se debe mi respuesta.

Os cuento…

El dia 5 de enero de este 2017 me lo tomé como cualquier otro día y no hice nada especial, o sí. A diferencia de años anteriores no estaba preparandome para recibir por las calles la llegada de los afamados “Reyes Magos”. Por el contrario mi pareja y yo decidimos disfrutar de una tarde de juegos en casa y pasar el día tranquilamente el uno con el otro y por supuesto con nuestra “pequeña Lola”.

Este año no les habíamos escrito ninguna “carta” con ningún deseo.

Ya habiamos disfrutado de un viaje a Costa Rica que consideramos nuestro regalo.

Este año ha cambiado por completo mi visión de estas fechas. Han pasado de ser vividas con mucha ilusión, a ver simplemente su trasfondo comercial y nada más. Las he sentido extrañas y vacías ya que el principal motor que nos hacía vivirlas con la magia y la fantasia de un niño ya no estaba.

Entonces deje de ser una niña para convertirme en una mujer. 

Tras pasar el día tranquilamente en casa, cenar algo y ver una peli, nos fuimos a la cama a descansar como cualquier otro día.

Parece que los “Reyes Magos” no se quedaron contentos con eso.

Eran la 5:3oh de la madrugada del dia 6 cuando mi pareja me despertó sobresaltada. Yo estaba profundamente dormida y no entendia muy bien qué estaba pasando, pero me pareció entendrele: ” ¡Alguien ha entrado en casa, creo que están robando!”.  Rápidamente abrí mis ojos de par en par. Asustada con un hilo de voz volví a preguntar: “¿Pero qué dices? ¿Cómo que hay gente en casa?”. Hay que tener en cuenta que todo esto pasó de madrugada, medio dormida, sin apenas luz. Únicamente la claridad de la luna que se colaba por nuestras ventanas.

Me dijo: “Asómate al pasillo con cuidado y verás como hay luz”

Sigilosamente asomé mi cabeza por el marco de la puerta. ¡Efectivamente había luz!. Al final del pasillo, en la puerta de entrada divise una especie de “aquelarre”. Un círculo de velas en el suelo.

Todo me empezó a parecerme un poco extraño y conforme decidía acercarme, poco a poco iba descartando la idea de “los supuestos ladrones”.

¿Qué estaba pasando?. No entendía nada.

Cuando conseguí llegar hasta la entrada lo que en principio parecía un círculo formado por velas no era así. ¡Era un corazón!

Seguía sin entender nada de lo que estaba pasando esta “noche de Reyes y de Magos”.

Cuando mis ojos consiguieron adaptarse a la oscuridad de la noche, conseguí ver algo más cuando miré a Jose Luis sin entender nada. Para mi sorpresa estaba perfectamente vestido con un traje de chaqueta, con su pelo peinado y una gran sonrisa. Entonces le pregunte: “¿Pero qué haces vestido?. Él me respondió: “¿Has visto lo que hay dentro del corazon?”.

Me senté en el suelo y vi que habia dos “mini lienzos” cada uno con una pregunta, ¿Quieres? ¿Cuándo?. También unas pequeñas cajitas.

Ay ¡madre mia! No entendía nada o ¡¿lo estaba entendiendo todo?!

Nuestras miradas se volvieron a cruzar como si todo nuestro alrededor su hubiera desplomado y nos encontraramos unicamente nosotros dos en el universo.

Yo, que soy muy pilla, que no queria precipitarme le volví a preguntar: ¿Quieres qué? ¿Cuándo qué?.

El seguía contestandome con esa sonrisa tan maravillosa que le caracteriza y esa mirada infinita.

Abrí las pequeñas cajitas. En ellas encontré unos “anillos de plástico transparente luminosos”. ¡Ay “madre mia” que me parece que no me estaba equivocando!.

Llegó el momento…

Él portaba en su mano una pequeña caja negra, caja que me ofreció diciéndome

¿Quieres casarte conmigo?

¡Ohhhhh my god!

Abrí esa pequeña caja… y allí estaba. Un precioso añillo de compromiso, mi anillo de compromiso.

Él lo tomó, lo deslizó por mi dedo anular de la mano izquierda volviendo a repetir las palabras magicas.

¿Quieres casarte conmigo?

¡Lo había hecho! Me estaba pidiendo matrimonio. Mas allá de todo esto, lo realmente importante es que me estaba diciendo lo mucho que me amaba, que nos amamos y lo felicísimos que somos juntos.
Para mi corazón basta tu pecho, para tu libertad bastan mis alas.

Pablo Neruda

Mi respuesta:

¡Sí quiero!

Claro que quiero seguir compartiendo mi vida contigo, tenerte cerca de mí, aprender juntos cada día algo nuevo el uno del otro, seguir riéndonos juntos y luchando juntos.

La respuesta estaba clara.

Todo esto no se pudo retratar con una instantánea ya que él estaba hecho un pincel, ¡guapísimo! y yo con mi pijamita, mi cara de dormida y mis pelos a lo afro. 😉

Abrimos una botella de vino. Brindamos por nuestro amor y por la felicidad que nos embarga desde hace mas de tres años.

Salimos a la terraza y estuvimos un buen rato divisando las estrellas y la entrada de un nuevo amanecer.

Volvimos a la cama para seguir descansando pero antes de volver a conciliar el sueño le dije: Mañana por la mañana vuélvemelo a pedir o puedo creer que todo ha sido un sueño. 😉

Y asi fué.

Nos despertamos, preparamos café y una vez sentados desayunando le pregunté:

¿Tú no tenias algo que decirme? 😉

Y ahí volvimos a revivir el maravilloso sueño de la noche anterior.

No he podido resistirme a contároslo

Quería compartir este momento tan importante de mi vida con vosotros.

¡Así que ahora soy una “mujer prometida”!. Qué fuerte.

 Mantén el amor en tu corazón. Una vida sin él es como un jardín sin sol cuando las flores están muertas.

Oscar Wilde‬

Desde este nuestro “escondite” os mando parte de la felicidad que me embarga para compartirla con vosotros.

Espero con muchas ganas nuestro encuentro el proximo domingo.

Besos a millares y buenos deseos para todos vosotros.

Desde nuestra “ventana”

Cristina Alarcón